Juanenea y Barrenetxea separan un material opuesto para la semifinal
10 febrero, 2022


Endika Barrenetxea y Aritz Juanenea se medirán el sábado en la semifinal del Iparlur Masters Txapelketa y los dos remontistas han separado el material con el que jugarán el partido individual.

El primer en saltar a la cancha ha sido Endika Barrenetxea que separó tres pelotas, dos de ellas de 130 gramos y una de 129 gramos. Las pelotas de Juanenea han pesado menos, dos de 126 gramos y una de 129 gramos, pero no por ser más ligeras son más vivas. Al contrario, el delantero de Saldias, convertido a zaguero en el último partido de parejas, ha separado pelotas secas y que no andan mucho. Lo contrario, que Barrenetxea, que buscó una pelota más viva y que le ayude a dominar con el saque.

Juanenea aseguraba al finalizar la elección que ha quedado satisfecho y que ha buscado más una pelota que le perjudique a su contrincante, que no uno pelota que le beneficie más. «No he mirado tanto lo que ha separado él, tenía claro que quería una pelota que no ande mucho y que sea seca, para perjudicar su tipo de juego». 

En verano Barrenetxea le ganó con facilidad, también le superó en el Masters de 2021, pero en verano de 2020 Juanenea sorprendió en el Kutxabank a un Barrenetxea que llegaba como campeón,. como es ahora. «Espero que le vuelva a ganar como entonces».

Barrenetxea tenía muy presente ese dato. «Mi mayor incertidumbre es saber que Juanenea me voy a encontrar. Al que gané con facilidad en verano y no tuvo su día o el que me ganó haciendo cosas que no se ven habitualmente. Yo iré pensando que me voy a encontrar al mejor. Le he visto y me han parecido pelotas más grandes y más motelas. La piel de su pelota es más gorda y parecen más voluminosas. Mis pelotas son de buen bote, una es la más viva de todas». Barrenetxea llega como campeón y si antes le encantaba jugar el Masters, sin presión, ahora lo siente en sus carnes. «Cuando no eres el favorito es un torneo que gusta jugar porque dos partidos buenos te dan la oportunidad de poder ganar la txapela. Ahora entiendo a Urriza, cuando afirmaba que el Masters le era incómodo».

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